¡Si una empresa se vende es porque va mal!”  Esta afirmación la hemos oído decir en muchas ocasiones… Y es que, en países de tradición latina, tendemos a pensar que si un empresario vende su empresa es que hay gato encerrado, que alguna cosa no funciona como debería. Sin embargo, existen múltiples motivos para querer poner a la venta una empresa, en este artículo haremos un repaso de algunos de los más frecuentes en entorno pyme.

Principales motivos

Jubilación del propietario 

Parece uno de los motivos más evidentes para poner a la venta una empresa, la jubilación del empresario que la gestiona. Antiguamente era más frecuente que las empresas pasasen de padres a hijos, y cuando llegaba la hora de la jubilación del propietario, se realizaba una sucesión familiar. Normalmente se trataba de algo muy natural, porque la siguiente generación ya llevaba tiempo trabajando en la empresa. 

La sucesión en empresa familiar continúa siendo muy habitual en nuestro país, aunque cada vez en menor medida, debido entre otros, a la facilidad de acceso a la formación que ha generado la posibilidad de abrirse nuevos caminos profesionales fuera de la empresa familiar. Este hecho ha propiciado que muchas empresas, sobre todo pequeños negocios que antiguamente se pasaban de padres a hijos, ahora no encuentren dentro de la familia un heredero, y se deba buscar un sucesor fuera.

Separación o divorcio

En las empresas gestionadas por parejas o matrimonios, los conflictos personales pueden trascender lo personal y afectar a la gestión de la empresa. Esto puede ser enormemente perjudicial para su continuidad. Además, en caso de separación o divorcio en muchas ocasiones, las partes prefieren vender la empresa y repartirse los ingresos derivados de la venta, para que cada uno continúe por su lado. Por este motivo, y antes de que los problemas de pareja afecten al negocio, se decide poner la empresa en venta para que otros la continúen. 

Salud

Los problemas de salud que puedan afectar al propietario acaban afectando también al negocio. La falta de disponibilidad horaria derivada de estos problemas y de la atención médica que pueda necesitar el propietario pueden hacerle plantear la venta, antes de que influyan de manera decisiva en la viabilidad de la misma. 

Embarazo

Ante la inminente llegada de un nuevo miembro a la familia hay empresarias/os que prefieren desvincularse de su proyecto empresarial, al menos durante un tiempo. Aunque es un motivo poco común, este es otro de los motivos no económicos por los cuales se venden las empresas y que nos hemos encontrado en varias ocasiones en los últimos años y por esto lo hemos querido destacar. 

Falta de capacidad o interés

Vivimos en un mundo cambiante, la irrupción de las nuevas tecnologías y de la economía de la información generan que cada día se introduzcan cambios que afectan al día a día de todas las empresas. Los empresarios deben adaptarse para continuar compitiendo y no perder cuota de mercado. Sin embargo, no todos los empresarios tienen la capacidad de adaptación necesaria, ya sea por falta de formación o de interés. La falta de adaptación puede derivar en una pérdida de competitividad que puede afectar de manera irreparable a la viabilidad de la empresa. Por este motivo, muchos empresarios deciden buscar una persona que tenga los conocimientos y coraje suficientes para hacer los cambios necesarios para mantener la empresa compitiendo en el mercado. 

Cambio de domicilio

En negocios muy vinculados con un establecimiento comercial o de producción, la presencia física del empresario es crucial para que la empresa funcione bien. Sin embargo, si el empresario debe cambiar de domicilio, por motivos personales, puede llegar a no ser compatible la gestión y dirección de la empresa con los desplazamientos que deban hacer el empresario desde su nuevo domicilio al puesto de trabajo. Cuando esto sucede, lo más habitual es que se decida poner la empresa a la venta. 

Mala gestión

No todos los emprendedores o empresarios dominan de gestión. En empresas pequeñas es habitual que el propietario domine mucho de la parte técnica o de ventas, pero pueda llegar a descuidar la gestión. Si la empresa ha ido creciendo de manera desorganizada se puede llegar al punto de tener una empresa que funciona desde el punto de vista de la aceptación del producto o servicio en el mercado, pero sin embargo, que no tenga un buen resultado financiero. Dado el desconocimiento de los empresarios para llevar a cabo una gestión apropiada, es preferible dar un paso al lado y dejar que otro emprendedor con nociones de gestión tome las riendas y lidere la empresa en esta nueva fase de expansión y crecimiento

Mala evolución del mercado 

La caída de la demanda puede llevar a la empresa a serios problemas de viabilidad. En momentos de crisis, es cuando los empresarios deben reinventarse y crear nuevas oportunidades para relanzar su negocio. Sin embargo, no todos los propietarios tienen las ganas o los conocimientos necesarios para realizarlo. Puede ser un buen momento para vender la empresa, por ejemplo a un competidor para generar sinergias y competir en un mercado cada vez más complejo.

«Si se vende, será que va mal»

Como ves, existen muchos motivos para poner a la venta una empresa. A pesar de ello, igual aun te estás preguntando, ¿aunque el propietario ya no pueda hacerse cargo, si realmente funciona bien, por qué no pone una persona que la gestione? Si bien es cierto que una empresa puede venderse aunque funcione bien, esto no significa que pueda dar suficiente como para poner una persona al frente, con una nómina, para que la gestione, sobre todo si estamos hablando de empresas muy pequeñas. Si su estructura no permite la entrada de un nuevo trabajador, no será posible implementar esta solución, o incluso de intentarlo podría poner en riesgo la viabilidad de la empresa. 

Por último, es posible que te encuentres empresas en venta que realmente no funcionan bien. Muchos compradores descartan su compra porque quieren solamente adquirir empresas que tengan muy buenos resultados. Sin embargo tienes que saber que si buscas comprar empresas con este perfil, deberás pagar por ello. Es decir, si compras una empresa que funciona muy bien, será mucho más cara que una que no funciona tan bien. 

Si quieres adquirir una buena oportunidad, igual no debes descartar empresas que no funcionen tan bien, pero que tengan una oportunidad de relanzamiento si las gestionas tu. Tal como dijo Richard Branson, “el momento para entrar en un nuevo negocio es cuando está mal gestionado por otros”.

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